sábado, 9 de julio de 2016

61.- Las caderechas y el románico.


En la ruta anterior por las Caderechas no nos dio tiempo a ver más que la parte superior, la que corresponde a Rucandio,  pero en la visita previa que hice yo  desviándome un poco a la altura de Hozabejas tomé dirección a las parameras que hay entre Masa, Poza de la Sal y Sedano. Por la parte alta del páramo cruza la antigua ruta que desde Burgos se dirige a  Villarcayo y  de aquí al mar hacia Laredo y Bibao por donde salía la lana castellana. Hace ya tiempo que estuve buscando por donde cruzaría una vieja ruta del camino de Santiago intermedia entre el camino francés y el camino de la costa a través de los montes. El viejo mapa solo me indicaba que la ruta pasaba por Poza de la Sal a Sedano, utilizando el camino de la sal, supongo,  pero se me hacía extraño el rodeo que daba y sobre todo el tramo tan largo y solitario a través del páramo entre Poza y Sedano. Una de las opciones era tomar alguna de las rutas que suben a lo largo de los arroyos del valle de Las Caderechas y subir por los Escobados.  Ahora descubro que el paso por los Escobados no es tan difícil,  y salvo algun tramo, es más suave que la ruta de Poza de la Sal.y además de acortar algunos kilómetros hay referencias bibliogáficas del posible paso de peregrinos por este lugar.


Nuestra Señora de la Oliva
Después de pasar por Madrid y por Huéspeda, me dirigo a Rucandio, que dejo para otra ocasión y elijo en un cruce la dirección Pesadas de Burgos, que ya sé que se encuentra en el páramo, y que tengo que pasar los Escobados. Una carretera estrecha me lleva hacia arriba entre algunos peñascos pero no tarda mucho es suavizarse un poco y subo al lado de un arroyo un poco encajonado  hasta  Escobados de Abajo. Aquí  atrae mi vista  un edifico gris sobre una colina que domina el pueblo. Paso de largo con la intención de verlo a la vuelta y subo al pueblo de arriba, un poco más pequeño sigueindo hasta  la carretera de Villarcayo. El páramo todavía verde me muestra sus dos características, viento y soledad. El viento no es que sople muy fuerte pero muestra su poder y constancia en las turbinas visibles en el horizonte. La soledad, en diez minutos que estuve allí no vi pasar un solo coche.


Doy marcha atrás hacia el vallejón y Observo algo que antes me pasó desapercibido. A la derecha de la 
 carretera una pequeña iglesia semiescondida me muestra un torreón circular.   

Aparco el coche y me acerco a husmear un poco, el templo da la impresión de una fortaleza y al menos aparece bien conservado.                                   

                                                                                                                                                                                                       

Grabado en la piedra encontramos una referencia metorológica para la posteridad "El año 1824 el día 19 de mayo, cayó una quarta de nieve." 
El pueblo es pequeño y silencioso, una nave agrícola con el portón abierto indica que alguien dentro está trabajando.  Un pequeño paseo me muestra sus casas cuidadas. 
El brillo del sol no tiene piedad, en pleno solsticio de verano cae sin miseriocrdia sobre esta tierra, tan solo el viento y el refigio de alguna sombra me alivian un poco.
Unos dos kilometros más abajo encuentro el otro Escobados, el de abajo, más grande y resguardado y subo hasta la ermita de la Virgen de la Oliva.
 
 Por su aspecto tan monumental me da la impresión de que este tuvo que ser centro de reunión de gentes de la comarca, al igual que hacían en zonas de los Cameros en la Rioja. Allí se reunían en fechas determinadas los responsables de los pueblos para ratificar el uso y disfrute pacífico de los terrenos. El espacio se encuentra muy cuidado pero lo que más me llama la atención es que conserva la mayoría de los canecillos, indicio de que ha permanecido dedicada al culto de forma permanente, normalmente cuando se cae el tejado, parte de las paredes cae después arrastrando los modillones. 

 Y así parece ser por alguna documentación que he encontrado.

El Santuario se levanta en la parte alta de la población, dominando
el barrio principal, aunque la iglesia parroquia] está al otro
lado del riachuelo, que separa los dos barrios; y la existencia de dos
iglesias antiguas en una población exigua, induce a suponer que la
primera tuvo siempre el carácter de santuario comarcal más bien
que local; lo que confirma la romería allí celebrada en los primeros
días de Mayo, a la que acuden los habitantes del país llamado
«Los Altos» y algunos más.

 Como hay cierta creencia en el país, de que por aquí venía un
camino de peregrinación, y existe formando calle con ella un hospital
bajo y alargado, como los característicos de tales viandantes,
que últimamente ha sido hospedería, no debe excluirse la posibilidad 
de que algún peregrino, tal vez de tierras cálidas, trajese alguna
imagen de dicho título, que diese origen al Santuario, como sucedió
con Nuestra Señora oe Rocamador en Burgos y Hornillos del Camino,
 Es pues este templo digno de figurar en el catálogo de los distinguidos
 por su originalidad y elegancia, que forman el tesoro artístico nacional, 
y esperamos que pronto se verá libre de la cal que le afea 
y de los pegotes que le deforman.

LUCIANO HUIDOBRO Y SERNA.
El Santuario de Nuestra Señora de la Oliva
en Escúbados de Abajo 1947

Ahí me entretuve un buen rato intentando retratarlos, cosa nada fácil en ese instante. Lo primero, para  enfocarlo tengo la ventaja de tener un zoom  bastante potente,  pero su situación me hace tener que buscar posturas un poco incómodas terminando con molestias en la espalda. Pero o que más me nolesta es la luz, y en ese momento es excesiva, como las pantallas de estas cámaras son tan brillantes, la cámara que llevo yo es pequeña pero muy práctica, pues resulta que en la pantalla me veo a mi mismo en lugar de lo que quiero fotografíar. Y a veces sale lo que sale, o sea cualquier cosa menos lo que yo deseo. Y me veo obligado a el ángulo de sombra adecuado para que luego no aprezcan manchas extrañas, en fin que con ese resplandor resultó toda una odisea saacr los canecillos, especialmente los de la zona sur.   

 Aqui les pongo una ración de ellos.







Es nuy difícil, a nos ser que uno esté agraciado con una vista muy buena apreciar detalles de estos canecillos,  a no ser que se disponga de unos prismáticos o de una cámara con un *zoom" bastante potente. hubiera preferido scarlos un pelín más grande pero tuve que jugar con la ampliacíon y la distancia, si me echaba un poco hacia atrás entraba en la molesta zona de sol. Le di la vuelta a la ermita y pasé a la zona delantera .

 









Desde quí se domina el pueblo y la otra iglesia que está al otro lado de la carretera.

La otra iglesia está dedicada a la Santa Cruz y ejerce de iglesia parroquial. Se encuentra sobre un pequeño alto a la otra orilla del valle.


 














Bajando hacia las Caderechas
Bajo de nuevo y vuelvo a pasar por Rucandio y Hozabejas mi destino es una pequeña ermita en Río Quintanilla.

Hozabejas

 

 Miestras bajamos entre campos de cerezos localizamos la ermita en una ladera del monte



Quintanilla desde la ermita
Llego hasta Quintanilla, con posterioridad me entero de que Río y Quintanilla son dos poblados diferentes pero un solo ayuntamiento , y tomo dirección a Río, poco después un letrero me indica el acceso a la ermita. Un carretil estrecho y bastante empinado me lleva hasta ella  pasando por un puentecillo donde se juntan dos arroyos. Unos inmensos álamos y fresnos me proporcionan una gratificante somnbra  que agradezco a estas horas. Atrás he dejado un antiguo molino del que me cuentan que venían de varios pueblos a moler. La ermita está dedicada a San Emeterio y San Celedonio, santos calagurritanos además de patrones de Santander. 

 
Un nativo de Quintanilla que regresa aquí todos los años nos cuenta que el pueblo original debió estar donde la ermita y luego desaparecería quedando tan solo esta en pie. Es una ermita pequeña, de aspecto rústico y sin la imponencia de la de Escóbados. Sobre un pequeño altozano pero al lado de la unión de dos arroyos, que por el caudal que vemos no faltaría el agua. Cercano el molino. Y pegada a la ermita un equeño cementerio. Las paredes de piedra de toba, piedra caliza, porosa pero ligera, incrementan su aspecto rústico debido a su aspereza. los canecillos aparentan cierto desgaste pero al acercar el zoom se ven las formas de animales. 

 









Como habrán podido observar la piedra es así y soy total desconocedor de si en su origen los rasgos estaban más definidos y la erosión los ha transformado o si por el contrario el cantero extrajo todas las posibilides de esta piedra y así quedó. De todos modos la maestría del cantero se nota porque aunque esta piedra sea blanda la abundancia de oquedades no facilita precismente la ejecución de la obra. 


  Y no contento con ver la majestuosidad de esta obra encuentro a mano una escalera de piedra que sube a la espadaña. Muy empinada y subiendo con cuidado llego hasta el campamil.
  

Golpeo suavemente una campana con un dedo y suena un tinnnnnnnnnnnnn tan suave que me tienta a seguir, pero mi mente me recuerda que un sonido extraño seguro que atraería a algún vecino del pueblo a ver que pasaba. Tal fue el modo en que dominé la tentación de tañir esas campanas. lo que no perdoné es  hacer  unas  hermosas fotografías desde ahí porque no abundan las ocasiones. Pocos días más tarde tuve otra oportunidad en Herrera  que ya habrán visto en otra entrada.


 La tarde ya se va echando y yo que no soporto el calor excesivo me voy retirando.  En la unión de los dos arroyos descanso un rato a la sombra, se agradece el frecor y el murmullo del agua que baja del viejo molino. Luego tomo dirección quintanilla para bajar por Cantabrana a Terminón. Su iglesia románica y otras vecinas de la Bureba quedan para otro día. Yo vuelvo a casa.

Hasta la próxima.
Salú pa tós.









 
 



















 Información general (página oficial)
Los cerezos en flor Zalez.
Madrid de las caderechas (Tierras de Burgos)
 El Viaje de Sofi
Cerezas en Caderechas
Tierras de Burgos Las Caderechas (Montacedo)